Un mundo desbocado.
Leí el texto de Anthony Giddens en el 2003; ahora he dado un vistazo a lo subrayado y transcribo algún párrafo.
“El fundamentalismo no depende de lo que la gente cree sino, como la tradición en general, de por qué lo creen y cómo lo justifican. No se restringe a la religión. Los guardias rojos chinos, con su devoción al Libro Rojo de Mao eran, sin duda, fundamentalistas…Adopte la forma que adopte –religiosa, étnica, nacionalista o directamente política-, creo adecuado considerar el fundamentalismo como un problema. Contempla la posibilidad de la violencia y es enemigo de los valores cosmopolitas.
Sin embargo, el fundamentalismo no es solamente la antitesis de la modernidad globalizadora, sino que le plantea interrogantes. El más importante es este:¿ podemos vivir en un mundo en el que nada es sagrado?. Debo decir, en definitiva, que no creo sea posible. Los cosmopolitas, entre los que me cuento, deben dejar claro que la tolerancia y el dialogo pueden estar guiados por valores de alcance universal.
…Deberíamos estar dispuestos a hacer una defensa activa de estos valores allí dónde estén poco desarrollados o en peligro. La moralidad cosmopolita tiene que estar guiada por la pasión. Ninguno de nosotros tendría algo por lo que vivir si no tuviéramos algo por lo que merece la pena morir”.
Dice el Mefistófeles de Arrigo Boito: "Raza podrida, vacía de toda fé". No viene muy,muy a cuento, pero lo dice.
“…¿Por qué los ciudadanos de los países democráticos están aparentemente desilusionados con el régimen democrático, al tiempo que este se expande por el resto del mundo?...Muchos consideran la política como un negocio corrupto en el que sus líderes se preocupan por si mismos en lugar de tener siempre presente el bien de sus conciudadanos…Se ha comparado, atinadamente, una democracia que funciona bien con un taburete de tres patas. El Gobierno, la economía y la sociedad civil han de estar equilibrados. Si una domina sobre las otras, las consecuencias son nefastas. El la antigua Unión Soviética el estado dominaba gran parte de la vida. Por ello, no había una economía vigorosa y la sociedad civil estaba prácticamente exterminada…Nuestro mundo desbocado no necesita menos autoridad, sino más, y esto sólo pueden proveerlo las instituciones democráticas.”.
No he encontrado una relación y definición de los valores cosmopolitas.
Para pensar, incorporando y analizando experiencias recientes.
Referente al tema de la Tolerancia, que considero vital, me va por la cabeza “Tit for tat” Lo buscaré. Ya he encontrado la referencia en la tesis doctoral, ítem 3.4.1 Decisiones y teoría de juegos, dice así:
“Plantea Juan Carlos Martinez Coll en su tesis doctoral que el dilema del prisionero puede resumirse de forma general como ‘ el comportamiento individual racional es el egoísta; el comportamiento racional del colectivo es el altruista”. Señala que la estrategia vencedora a la versión del dilema del prisionero planteado por Robert Axelrod ( 1981) fue enviada por Rapoport: `Tit for Tat´, consistente en comenzar el juego en modo cooperativo y, pudiendo el otro jugador responder de la misma forma o defraudar, responder ala siguiente jugada con la misma estrategia que el oponente hubiera efectuado”.
Hay tanto construido (pero tan poco!) que cada vez veo más clara la necesidad de la VIT “Diseño Social”. En ello.
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