La dificultad de la autocritica.
Si fuera fácil darse cuenta de los errores lógicos, hacer programas para las computadoras sería muy sencillo. Sin embargo, hay errores por los que pasa uno decenas de veces sin darse cuenta; si que sabe que la aplicación no hace aquello que se desea en determinadas circunstancias, pero no sabe dónde está el error... error que uno ha cometido.
De forma que hay quien insulta al ordenador, quien le reprende y quien mira con asco el listado de sentencias... sin darse cuenta de que el problema es que uno mismo ha cometido un error y no lo encuentra. En esta tesitura lo que se hace es rogarle a un compañero/a que revise el trabajo... lo cual es árduo porque ha de empaparse de la teoría, de las variables empleadas...en fin, es complejo.
Cuando el PP perdió las últimas elecciones generales les costó muchisimo aceptarlo; se notaba que pensaben que la culpa estaba en el exterior y actuaron en consecuencia. Los hechos y los procesos judiciales en marcha están poniendo las cosas en su sitio y parece que, aún sin haber asumido publicamente sus errores -Gallardón planteó la posibilidad de una autocrítica y casi le cuesta la torta un pan- están dispuestos a pasar de puntillas.
Ahora, en el entorno o dentro del PSPV puede pasar una cuestión NO igual, pero SI heredera del mismo esquema, a saber: nuestro mensaje era correcto es que los demás no lo ven!. A la pregunta ¿En que se equivocó quien/es dirigia el partido? o ¿Cómo se podria mejorar la actuación del equipo directivo?, la respuesta - una vez que se han intercambiado tres frases- es volver a repetir las frases de la campaña electoral -justo esas que no calaron-, incluso si en diez líneas se repite el mismo contenido dos veces...mejor: estamos más cerca del mantra!. Puede aderezarse el tema con la invocación -incluso al azar- de un par de nombres del pasado - José S. y Adolfo H.- y de esta forma ya tenemos toda la autocritica hecha...y una discusión en ciernes que "se va por las patas abajo ...". Incluso el que plantea la autocritica puede ser tildado de infiltrado. Alucinante.
De aqui mi sospecha de que el lenguaje natural tiene fuertes limitaciones para ayudar en la búsqueda de la mejor manera de organizarse para lograr un objetivo concreto.